DESCIFRANDO LAS NUEVAS REGLAS
Como hemos visto la segunda ola trajo consigo un ¨código¨ de principios o normas que regían el comportamiento cotidiano. Principios tales como sincronización, uniformización o maximización eran complicados en el comercio, en el gobierno y en una vida cotidiana obsesionada por la puntualidad y los horarios. En la actualidad está haciendo aparición un ¨contra código¨, o sea, nuevas reglas básicas para la nueva vida que estamos construyendo sobre una economía desmasificada, sobre medios de comunicación desmasificados y nuevas estructuras corporativas. Las luchas generacionales que a veces se originan entre jóvenes y viejos son, en el fondo, contrastes entre estos dos códigos.
El final del ¨nueve a cinco¨
La razón es que la tercera ola, al avanzar, trae consigo un sentido completamente distinto del tiempo. Si la segunda ola enlazó la vida con el ritmo de la máquina, la tercera ola rechaza esta sincronización mecánica, altera nuestros ritmos sociales más básicos y , al hacerlo, nos libera de la máquina. Una de la innovaciones que con más rapidez de extendieron en la industria durante la década de 1970 fue el ¨horario flexible¨, un sistema que permite a los trabajadores elegir sus propias horas de trabajo. En resumen, el tiempo mismo está siendo desmasificado.
La gorgona insomne
El horario flexible constituye solamente una pequeña parte de la restructuración general del tiempo que la tercera ola lleva consigo. Estamos presenciando también un cambio hacia una mayor cantidad de trabajo nocturno. Más espectacular aún ha sido la extensión del trabajo en régimen de jornada parcial, y la activa preferencia que por él han expresado gran número de personas.
Como vemos, existe una ruptura fundamental con la sincronización de la segunda ola. La combinación de horario flexible, jornada parcial y trabajo nocturno significa que cada vez es mayor el número de personas que trabajan fuera del sistema de ¨nueve a cinco¨, y que la sociedad entera se está desplazando a la realización de operaciones a todo lo largo de las veinticuatro horas del día. De hecho, lo que está sucediendo es una desmasificación del tiempo como la desmasificación de otras características de la vida social a medida que avanza la tercera ola.
Horarios de amigos
Estamos sólo empezando a sentir las consecuencias de esta restructuración del tiempo. Si amigos, amantes y familiares trabajan todos a horas diferentes, y no se instauran nuevos servicios para ayudarles a coordinar sus horarios personales, resulta cada vez más difícil organizar entre ellos un contacto social directo. Los viejos centros sociales, el bar, el salón parroquial, están perdiendo su tradicional importancia. En su lugar es preciso inventar nuevas instituciones de la tercera ola para facilitar la vicia social.
Computadores y marihuana
Se puede detectar el origen de los nuevos y más personalizados ritmos de la tercera ola en una amplia gama de tecnologías que están penetrando en nuestras vidas. El computador esta empezando a remoldear nuestros horarios e incluso nuestras concepciones del tiempo. De hecho, es el computador lo que ha hecho posible el horario flexible en grandes organizaciones. En su forma más simple, facilita el complejo entretejimiento de miles de horarios flexibles, personalizados. Más allá del computador encontramos también otras tecnologías o productos que contribuyen a la desmasificación del tiempo. Drogas que influyen en el estado de ánimo alteran la percepción del tiempo en nuestro interior. Una de las consecuencias psicológicas de esto es un cambio de la puntualidaden nuestras vidas: ¨nos estamos moviendo ahora de una puntualidad genérica a una puntualidad selectiva o situacional¨.
La mente postuniformizada
La tercera ola ataca la uniformización, característica básica de la vida industrial. Al disminuir la producción en serie, se desmasifica el consumo, el mercado, el tráfico comercial: “los consumidores empiezan a realizar sus elecciones no sólo porque un producto cumple una específica función material o psicológica, sino también por la forma en que se adecúa a la configuración, más amplia, de los productos y servicios que ellos exigen. Estas configuraciones acusadamente individualizadas son transitorias, como lo son los estilos de vida que contribuyen a definir. El consumo, como la producción, se torna configuracional. La producción postuniformizada trae consigo el consumo postuniformizado”.
Los precios, la política, la mentalidad de las masas se desuniformizan: asistimos al “surgimiento de una ‘mente postuniformizada’ y de un ‘público postuniformizado”.
La nueva matriz
Tras haber visto lo rápidamente que nos estamos apartando de la sincronización y la uniformización típicas del estilo industrial, a nadie puede sorprenderle que se de también una nueva redacción a otras secciones del código social. Hemos visto que, si bien todas las sociedades necesitan cierto grado de centralización y, al mismo tiempo, de descentralización, la civilización de la segunda ola manifestaba una acusada tendencia favorable a aquella y contraria a esta. Hoy vemos con claridad un brusco giro en dirección contraria. La filosofía descentralista está siendo difundida(…) Como ahora que, las grandes organizaciones están cambiando las pautas de autoridad que apuntalaban el centralismo. La típica empresa de la segunda ola estaba organizada en torno al principio de “un hombre, un jefe”. Este principio significa que todos los canales de mando confluían en el centro, pero en la actualidad resulta fascinante contemplar cómo ese sistema se desploma bajo su propio peso. El hecho es que ahora un número cada vez mayor de personas tiene más de un único jefe, en lugar de un control Centralizado, lo que se conoce con el nombre de “sistema de mando múltiple”. Es así que la tendencias centralistas, en políticas, en organización empresarial o de gobierno y en la economía misma, están creando una sociedad completamente nueva y dejando anticuadas la reglas de ayer.
Lo pequeño dentro de lo grande es hermoso
Si nos movemos de forma sistemática a través de todo el libro de códigos de la civilización de la segunda ola, de la estandarización a la sincronización y luego a la centralización veremos, cosa por cosa, cómo las viejas reglas básicas que regían nuestras vidas diarias y nuestra toma de decisiones sociales, se encuentran en proceso de quedar trastornadas a medida que avanza la tercera ola.
Las organizaciones del futuro
Como vimos, los principios de la segunda ola fueron “aplicados a una única organización, resultando una clásica burocracia industrial: mecanista, jerárquica, etc. Sin embargo al desplazarnos por los nuevos principios caminamos necesariamente hacia nuevas clases de organizaciones del futuro, que funcionan cada vez más sin limitaciones de horario. Pero se diferencian de las burocracias en un aspecto fundamental: que podrían denominarse “duales” o “poliorganizaciones”, capaces de asumir dos o más formas estructurales distintas, según exijan las condiciones. Aún no hay un vocabulario para describir estas organizaciones del futuro, pero si estamos seguros que participamos, no simplemente en el nacimiento de nuevas formas organizativas, sino en el nacimiento de una nueva civilización con un conjunto de principios de la tercera ola.
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