TERCERA OLA-Capítulo XIV

El Entorno Inteligente

Por medio de los ordenadores se está creando a nuestro alrededor un entorno inteligente: máquinas que tienen memoria y “piensan”. Se está cambiando así nuestra memoria social, que antes se hallaba almacenada en los cerebros humanos.

Mejorando el cerebro

Al alterar tan profundamente la infosfera, estamos destinados a transformar también nuestras propias mentes, la forma en que pensamos sobre nuestros problemas, la forma en que sintetizamos la información, la forma en que prevemos las consecuencias de nuestras propias acciones. Es posible que cambiemos el papel del analfabetismo en nuestras vidas. En la actualidad, millones de personas se hallan excluidas del mercado de trabajo porque son funcionalmente analfabetas. Hasta los trabajos más sencillos eligen personas capaces de leer impresos, instrucciones y cosas parecidas. En el mundo de la segunda ola, la capacidad de leer era la aptitud más elemental exigida por la oficina de colocación. Saber leer es, naturalmente, algo más que una habilidad laboral. Pero en un entorno inteligente, cuando las máquinas. A medida que nos vayamos familiarizando con el entorno inteligente y aprendamos a conversar con él desde el momento en que abandonamos la cuna, empezaremos a utilizar computadores con una desenvoltura y una naturalidad que hoy nos resulta difícil de imaginar. La inteligencia, la imaginación y la intuición humanas seguirán siendo en las décadas previsibles mucho más importantes que la máquina. Al mismo tiempo, el entorno inteligente puede, en último término, empezar a cambiar no sólo la forma en que analizamos los problemas e integramos la información, sino incluso la química de nuestros cerebros. Pues la desmasificación de los medios de comunicación y el concomitante auge del computador cambian nuestra memoria social.
La memoria Social
Los grupos humanos estaban obligados a guardar sus recuerdos compartidos en el mismo lugar en que almacenaban sus recuerdos privados, es decir en las mentes de los individuos. En la actualidad nos hallamos próximos a saltar todo un nuevo estadio de la memoria social. La civilización de la tercera ola tendrá a su disposición más información, sobre ella misma que lo que habría sido imposible imaginar hace sólo un cuarto de siglo.
Cuando la memoria social se hallaba almacenada en los cerebros y recombinada de nuevas maneras. Si bien la civilización de la segunda ola extendió radicalmente la memoria social, también la inmovilizó. Hace posible una corriente de nuevas teorías, ideologías, concepciones artísticas, progresos técnicos, innovaciones políticas y económicas que eran, en el sentido más literal, impensables e imaginables hasta ahora.
La infosfera  proporcionaba los medios para una comunicación entre humanos. La tercera ola multiplicaba medios.
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