TERCERA OLA-Capítulo VII

Un frenesí de Naciones

Abaco es una isla. Forma parte de las Bahamas, Hace un tiempo un grupo de hombres traficantes de armas, de la empresa libre decidieron que había llegado el momento de que Acabo se declarase independiente.
Su plan era apoderarse de la isla  y romper con el gobierno de las Bahamas, prometiendo a los residentes nativos un acre de tierra que les entregaría después de la Revolución
Sin embargo en un mundo en que los movimientos nacionalistas luchan, nos obligan a cuestionar la noción misma de nacionalidad.
¿Podrían los habitantes de Acabo construir una nación?
Aunque absurdas en apariencia, estas preguntas adquieren nuevo significado a medida que la tercera ola embiste contra los cimientos mismos de la civilización 
de la segunda ola, pues uno de esos cimientos era y es la nación-estado.

Cambiando de Caballos
IntegraciónCuanto más lejos se estuviese de la capital, tanto más débil era la autoridad del estado, pero sin integración  política era imposible la integración económica ¿Cómo podrían los hombres de negocios comprar y vender? Para que las nuevas tecnologías resultaran rentables, las economías locales debían ser consolidadas en una única economía nacional.
La segunda ola hizo que las personas se interesen más en un mundo más amplio.
Lo que llamamos nación moderna es un fenómeno de la segunda ola: una colección heterogénea de economías apenas relacionadas y localmente autosuficientes  no pueden dar nacimiento a una nación.

El Clavo de Oro
Al tratar de extender el mercado y su actividad política, los gobiernos tropezaron con barreras culturales.
Tropezó también contra naciones rivales, para salir de estos confines las élites  integracionales  recurrieron a la avanzada tecnología. Durante las siguientes tres décadas o más, los ferroviarios  fueron empleando una región con otra. El último martillazo sobre el clavo de oro que completó la primera línea férrea transcontinental abrió  la puesta en un mercado nacional. 
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